“Las pasiones humanas pueden basarse en casi cualquier cosa. Uno puede estar muy entusiasmado con una causa equivocada. Los valores, más que las filosofías, deben inspirar nuestras acciones y emociones, y la filosofía debería ampliar nuestra comprensión de los valores. Es imposible fingir valores reales, pero los intentos para hacerlo se han generalizado. Muy a menudo las personas malentienden la Bondad como el satisfacer, piensan en la verdad como algo lógico o racional, y fácilmente confunden la belleza con la buena apariencia. Aunque solo Dios posee la máxima expresión de estos valores supremos, sus criaturas pueden mostrar sus efectos en el ámbito experiencial del tiempo y el espacio, si así lo desean.
“Piensa por un momento acerca de la integridad de los valores, es decir, cómo sus motivos, medios y resultados (todos) deben estar en armonía con su naturaleza, para que realmente puedan llevarse a la práctica. Nuestro Maestro Jesús dijo una vez: ‘Los árboles buenos dan frutos buenos, los árboles malos dan frutos malos’. Las guerras nunca pueden traer bondad, y la bondad verdadera nunca podría producir guerras. Si quieres ser bueno con los demás, debes comenzar con el corazón. Un motivo egoísta echará a perder cualquier bien que pudiera resultar, al menos para ti. Es por esto que la revolución que anunciará la Hermandad del Hombre en Urantia ha comenzado con la predicación del reino de Dios dentro de los corazones humanos, no a través de poderosas armas de destrucción, sino a través del amor.
“También considera el compañerismo que estos valores inspiran. La verdad no es nunca la posesión de uno solo, sino un regalo para muchos, cada uno de nosotros imaginando una parte de ella, para que pueda crecer en entendimiento, y para que sus beneficios sean disfrutados por todos los amantes de los verdaderos valores. Conserven sus certezas humildemente, conscientes de que los seres humanos son propensos a errar y que son incapaces de aprehender toda la verdad. El dogma religioso más sagrado no vale la pena para causar el derramamiento de una sola gota de sangre del peor ‘enemigo’ de Dios, por la sencilla razón de que nadie es enemigo de Dios, el Padre de todos nosotros. La verdad no es algo que deba demostrarse por cualquier medio, sino un valor para compartirse a través del amor.
“Por último, reflexiona acerca de cómo la Belleza, más que un simple placer para los ojos, es una delicia para el alma. La verdadera naturaleza de la belleza es espiritual, no física. Una cara bonita puede ocultar un corazón malo, pero un alma hermosa no pasará desapercibida incluso en el rostro más desfigurado. Escucha la vieja canción: ‘¡Qué hermoso es cuando los hermanos viven en armonía!’, esa es la belleza de la paz entre los seres humanos, la que un día hará que nuestra hermosa Urantia esté habitada por seres humanos maravillosos, adornados por su belleza interior, la cual es el amor.
“Por lo tanto, amigo mío, los valores reales se muestran a través del amor verdadero. El amor autentica a la bondad, ilumina a la verdad y ennoblece a la belleza. No puedes equivocarte cuando realmente amas a los demás desde adentro, desde tu Espíritu Interior, quien profusamente derrama amor sobre tu alma, si así lo deseas. Soy Andrea, tu nueva amiga. Paz y amor para todos.”
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